martes, 2 de diciembre de 2008

CRISIS FINANCIERA DE EEUU Y EL EFECTO CONTAGIO PARA LATINOAMERICA

Mary Luz Herrera
V-16.301.442
Convenio: Unefa-Minec


ORIGEN, CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA CRISIS FINANCIERA DE EEUU

Desde 1997, cuando estalló la crisis financiera de Asia, se han sucedido varias crisis de las finanzas de distinta importancia, como las de Rusia (1998), Brasil (1998), Turquía (2000-01), Argentina (2001-02), etc. Todas ellas tuvieron también desiguales repercusiones en el centro de las finanzas mundiales, EEUU, pero sus epicentros se ubicaban lejos de Wall Street.
En marzo del 2000, el desinfle de la burbuja especulativa en los mercados de valores estadounidenses, que marcó el fin de los delirios sobre la “Nueva Economía” o “economia.com”, ya no fue un problema “periférico”, sino que se produjo en el centro y desató además una recesión que castigó a EEUU principalmente en el 2001. Pero esa recesión pudo ser acotada y revertida en un plazo relativamente corto.
Las medidas tomadas por EEUU para superar rápidamente la crisis y recesión de principios de siglo, y el rumbo que adoptó la economía estadounidense y mundial a partir de allí, echaron las bases de la actual crisis y además agravaron los desbalances o desequilibrios que ya venían acarreando las relaciones de la economía estadounidense con el resto del mundo.
Entre esos desbalances, subrayamos que EEUU (su estado, sus empresas y sus particulares), se ha convertido en el mayor deudor del planeta, con déficit fenomenales de cuenta corriente y presupuestarios, con tasa de ahorro cero. O sea, sin perspectivas inmediatas de pagar lo que deben. Hoy, para mantenerse en pie, EEUU necesita que ingresen diariamente un promedio de 3.000 millones de dólares, ya sea como préstamos, inversiones directas o de cartera, etc. Si este flujo se detuviese, la economía se vendría abajo.
La llegada de Bush al gobierno, el 20 de enero de 2001. Los neoconservadores proponían ciertos cambios en relación a la política económica de la anterior administración, Clinton había hecho votar un programa de reducción a cero del déficit fiscal. Bush, por el contrario, además de disponer grandes rebajas de impuestos a los ricos estos con el fin supuesto de promover las inversiones, tenía como eje de su programa económico el llamado “keynesianismo militar”, un colosal aumento del gasto en armamentos y fuerzas armadas.
Estas medidas, lógicamente, volvieron a disparar a las nubes el déficit presupuestario, los atentados del 11 de septiembre del 2001 vinieron oportunamente a santificar esta política y acallar cuestionamientos. Asimismo, la guerra mundial declarada por Bush para liberar de “terroristas” a las arenas petroleras de Medio Oriente, prometía ser un gran negocio.
Simultáneamente, el Banco Central (Federal Reserve) dispuso una baja casi cero de su tasa de interés interbancaria (en relación a la cual se regulan las tasas de las operaciones con el público, empresas, ect.). De principios del 2001 a mediados del 2003, redujo esos intereses del 6,25% al 1% anual, para estimular la toma de créditos y el gasto, y así frenar la recesión.
Pero esto abrió las puertas para inflar la nueva burbuja que ahora estalla con consecuencias difíciles de medir: la burbuja inmobiliaria, de la burbuja de las acciones de empresas.com, pinchada en el 2000, se pasó a la burbuja de la propiedad inmueble.
Con los créditos hipotecarios basados en una tasa del 1% anual de la Reserva Federal, se disparó la construcción de nuevas viviendas, pero más aun sus precios. Este problema que la propiedad inmueble subía vertiginosamente sin relación alguna con sus valores reales, ni con las variaciones de precios de los demás bienes y servicios, ya venía desde 1995.
El auge de la construcción (con precios disparatados) fue, junto con la expansión de los gastos militares, una de las claves de la recuperación. Según Stiglitz, “aproximadamente el 80% de la suba del empleo y casi las dos terceras partes del incremento del PBI en los últimos años se originó directa o indirectamente en el sector inmobiliario”.
La puntada final la dio Federal reserve, después de bajar su tasa al 1% anual en el 2003, la fue subiendo hasta alcanzar el 5,25%, lo que implicó un aumento proporcional en el servicio de las hipotecas. Y por el otro lado, comenzó el descenso vertiginoso de los precios de las viviendas, que desde el 2006 han perdido el 10% de su valor, una vivienda que se compro en 100, bajo ayer a 90, hoy a 80 y mañana será a 70. Pero, a la inversa, las cuotas de su hipoteca suben y suben.

LATINOAMÉRICA SUFRIRÁ EFECTO CONTAGIO A CAUSA DE LA CRISIS FINANCIERA DE EEUU

Las bolsas latinoamericanas se desplomaron el 29 de Septiembre del año en curso arrastrada por la caída de Wall Street y la incertidumbre provocada por el rechazo del congreso de EEUU al plan de rescate financiero por 700.000 millones de dólares propuesto por la administración de Bush.
Aunque las bajas fueron generalizadas en América Latina, las más golpeadas fueron las plazas de Sao Paulo y Buenos Aires. El zarpazo afectó también a la cotización de las monedas locales, que bajaron respecto a dólar, en especial el real brasileño.
Sólo Caracas, con una subida del 0.36 por ciento, se salvó, debido, a que ninguna empresa venezolana cotiza en ele exterior desde las nacionalizaciones de CANTV y Electricidad de Caracas.
Para América Latina los principales impactos de la crisis con su efecto sobre el mercado de materias primas, principal motor del crecimiento regional en los últimos años, y el encarecimiento del crédito.
Otro impacto es que los bonos, las acciones y las monedas han caído. Por lo tanto los consumidores, los inversionistas y los gobiernos, debe reducir el consumo, reducir las expectativas y tomar medidas para poder afrontar los desequilibrios.
Es importante resaltar que una desaceleración en la economía de EEUU, implicaría una contracción en el nivel de consumo que impactaría en los niveles de actividad de distintos países.

COMENTARIO

Las finanzas americanas necesitan un nuevo orden en las reglas, en los controles y en las cúpulas directivas, que tal mal han llevado el timón. La posibilidad de que suceda algo así dependerá mucho de si los costes de la actual inestabilidad estadounidense impulsan a los demás países a apostar por esta vía.
Las autoridades políticas y financieras estadounidenses están gestionando la crisis día a día. Hay que buscar en las declaraciones y en las decisiones algún diseño coherente, diferente del de ir viendo en el día a día cuál es el método más eficaz para apagar las llamas.
Hoy en día, la economía americana no es capaz de generar un preciado bien público: la estabilidad financiera. Una economía de mercado que funcione bien debe saber producir también bienes públicos, que proporcionen ventajas para todos, tanto para los ciudadanos como para las empresas. La economía de mercado se desarrolla si hay confianza y un ingrediente fundamental de la confianza es la estabilidad financiera, es decir, la capacidad de un sistema económico para absorber el shock procedente de un número más o menos grande de deudores y de hacer frente a sus propias deudas.


FUENTES DE BIBLIOGRAFÍA CITADA

Luis Torres de la llosa. AFP- Nueva Cork, EEUU/ 18/09/2008.
Johan Maynar Keynes (1883-1946).
Dean Baker 2007.
Joseph E. Stiglitz 2006.

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